Presidente del Consejo del Colegio Hebreo Tarbut.
“Hay acontecimientos que buscando dar salida a alguna necesidad natural terminan siendo parteaguas en cuestiones que eventualmente influyen profundamente en las vidas de muchísimas personas, es así como la Comunidad Judía de México con el paso de décadas ha terminado cimentando una vida comunitaria sumamente rica, estable, variada y con un fuerte vínculo con Medinat Israel.
El paulatino surgimiento de Colegios y Tnuot Noar, al igual que en Comunidades judías en otras partes del mundo, ayudó en buena medida a moldear la importancia que el Yishuf mexicano siempre le dio tanto a la educación judía como al Sionismo y el vínculo con el Estado de Israel, y fue al principio de la década de los 70’s del siglo pasado que una iniciativa artística comenzaría a sembrar, de manera inesperada, las primeras semillas de lo que décadas después se convirtió en uno de los movimientos culturales, sociales y de identidad judeo-sionista más trascendentes de la historia de la Comunidad Judía de México, el surgimiento de Anajnu Veatem.
Cuando Carlos Halpert junto con un pequeño grupo de jóvenes entusiastas comenzaron a montar las primeras coreografías que darían lugar a la primera temporada en la Casa de la Paz, jamás imaginaron que el alcance de lo que esa iniciativa generaría terminaría trascendiendo incluso sus propias vidas e influyendo de manera tan positiva, tanto en lo individual como en lo colectivo en el futuro de la Comunidad judía de México, que se ha visto no solamente enriquecida, sino favorecida con las consecuencias de continuidad, liderazgo e identidad que lo que surgió como un movimiento de danza judía ha logrado generar a lo largo de los últimos 50 años.
Somos muchas las personas que gracias a eso hoy podemos contar 2 historias de nuestras vidas, la de antes y la de después de nuestro paso por Anajnu Veatem, brindemos por eso!
Shejeyanu Vekimanu Vehiguianu Lasmán Hazé…”
Jorge Bercovich
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